miércoles, 6 de agosto de 2008

A propósito de la crisis

La crisis tiene su origen en EEUU, donde durante las últimas décadas se han venido aplicando políticas neo-liberales. En España, los gobiernos conservadores importaron estas políticas, implantando un modelo de crecimiento basado en la especulación del suelo, la mengua de derechos de trabajadores, ciudadanos y consumidores, la privatización de bienes y servicios públicos, los sectores autorregulados, el perjuicio al medio ambiente y un parque de mano de obra extranjera sin papeles, lo que es lo mismo que decir barata y sin derechos. Aunque éticamente podía parecer cuestionable, la riqueza que este modelo iba a generar nos resarciría con creces.

Bajo la falsa premisa de que el mercado repartiría la riqueza de manera justa, íbamos creando una sociedad de mileuristas con contrato temporal e hipoteca de por vida. Pudimos soportar la mengua de calidad de lo público en manos privadas contratando a título personal los mismos servicios con empresas también privadas. Hemos dejado operar a las corporaciones sin apenas regulaciones, y sus cuentas de resultados han monetizado nuestra indefensión como consumidores. Ni siquiera nos hemos rebelado contra la corrupción de cargos públicos. En general, la sociedad ha cumplido su parte del trato.

Como en otras ocasiones, esta vez con más intensidad, consumada la transformación de derechos en beneficios empresariales, agotada la disponibilidad de recursos presentes y futuros de los ciudadanos, el sistema colapsa y las propias empresas ven amenazada su supervivencia.

Había pasado en países en vías de desarrollo, donde se aplicaron las recetas liberalizadoras del FMI para resolver problemas coyunturales. Contrariamente a lo esperado, sucesivos y crecientes procesos de crecimiento especulativo terminados en crisis llevaron economías a priori prósperas a la pobreza.

A pesar de lo devastador de los resultados, nos dejamos convencer de que la estructura, características peculiares o cualquier defecto del carácter nacional les hacía inadecuados para estas políticas. De que, por obedecer al orden natural de la selva, le receta neoliberal no podían tener la culpa. Hoy, en la primera potencia económica del mundo, la gente pierde su casa y hace cola en los bancos para retirar sus depósitos.

Los últimos años de gobierno socialista han supuesto un freno sobre este proceso y sus consecuencias en nuestro país, aunque en algunas comunidades, como Madrid o Valencia se siguen practicando políticas conservadoras No es casual que se estén mostrando especialmente afectadas por la crisis.

Los conservadores, que en su momento se presentaron a sí mismos como los artífices únicos del crecimiento económico, proponen ahora como solución intensificar las mismas políticas que nos han traído a estos fangos. Las rebajas en los impuestos empresariales, la mengua de derechos de trabajadores y ciudadanos o la intervención directa del Estado para rescatar a las empresas que en gran medida han sido causantes de esta situación son tan inmorales como ineficaces.

Las políticas neoliberales no son la solución a la crisis. De hecho, están más relacionadas con su génesis que lo que los conservadores están dispuestos a admitir. Defender que los resultados empresariales responden a la eficiencia de las empresas y que la riqueza de los ciudadanos obedece a su esfuerzo es una simplificación conveniente, pero falaz. Afirmar que el mercado dejado a sí mismo repartiría la riqueza de la manera justa es lo mismo que decir que aboliendo el código penal caería sobre los delincuentes el castigo adecuado de manera natural.

La solución a la crisis actual pasa por que el gobierno permita que el mercado depure el tejido empresarial mientras centra sus esfuerzos en reducir el impacto del ajuste en las vidas de sus ciudadanos, retoma el camino del estado del bienestar y establecer las bases para un crecimiento económico duradero y sobre todo saludable.

La contención del gasto y la reducción del endeudamiento de los gobiernos de Zapatero de estos años son importantes bazas para remontar la situación actual, pero no es menos importante hacer reflexionar a la ciudadanía sobre nuestra historia económica reciente y el modelo de sociedad que pretendemos.

2 comentarios:

Jupa dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Anónimo dijo...

Buen articulo, aunque... ¿Que Zapatero reduce el endeudamiento?
Estaría bien que actualizase el artículo con el fin de darle la debida credibilidad e intentar plasmar fielmente los hechos sin "teñirlos" de ningún color. Eso siempre desvirtua y empaña

Saludos de un seguidor